Cada Nochebuena, al llegar la medianoche, muchas son las personas que acuden a su iglesia para acudir a la tradicional Misa del Gallo.

Esta tradicional conmemoración religiosa dedicada al nacimiento de Jesús, se le debe al papa Sixto III quien, en el siglo V, instauró la costumbre de celebrar una misa de vigilia nocturna en la medianoche del día de celebración del nacimiento del Mesías, tras la entrada al nuevo día (Navidad), en el ‘ad galli cantus’ (al canto del gallo). El ‘ad galli cantus’ se refería al momento en el que empieza el nuevo día y que, según las antiguas tradiciones romanas, éste comenzaba en la medianoche en el canto del gallo, de ahí su nombre.

Al menos esta es la opinión que tienen la mayoría de expertos, aunque podemos encontrarnos otras versiones como quien dice que se llama así ya que la venida al mundo del Mesías fue anunciada “ad galli cantus”, es decir, al canto del gallo. También hay quien apunta que el nombre de la Misa del Gallo tiene su origen en la celebración de ésta en la Basílica de S. Petrum in Gallicantum (San Pedro en Gallicantu) de Jerusalén. Otra teoría, poco fundamentada, es la sostiene que el nombre se debe a que, antiguamente, en algunos países el menú de la cena de Nochebuena estaba compuesto por un gallo asado.