Después de analizar los datos que cubren 9 mil millones de años de evolución cósmica, encontraron que los agujeros negros son la fuente más probable, pero no como se habían entendido anteriormente. Los investigadores descubrieron que los agujeros negros incrustados en galaxias antiguas que ahora están muertas eran más masivos de lo que se podría explicar por los métodos tradicionales de crecimiento, y se estaban volviendo más masivos al mismo tiempo que la expansión del universo.
Los investigadores concluyeron que los agujeros negros remanentes estelares son la fuente astrofísica de la energía oscura y que los interiores de los agujeros negros contienen energía de vacío en lugar de una singularidad. Este descubrimiento encaja perfectamente en los modelos existentes del universo y elimina la necesidad de concebir una fuerza externa que haga que el universo se expanda y que los agujeros negros contengan singularidades.