Un estudio muestra cómo la combinación de hongos y algas o cianobacterias que conforman los líquenes, puede ser útil para entender el impacto del aumento del nivel del mar en las zonas costeras bajas. Los científicos utilizan la sensibilidad de los líquenes a los factores ambientales como la contaminación por nitrógeno y la influencia de la tala, pero su tolerancia a la sal los convierte en un buen indicador de la historia del sitio costero. Algunas especies de líquenes, que pueden vivir durante décadas o más, pueden contar la historia del agua salada de un sitio y ayudar a prever el aumento del nivel del mar en el futuro.

Un estudio realizado en Florida identificó 11 especies de líquenes como indicadores fiables de la presencia de agua salada, y de estas cuatro son tolerantes a la sal, lo que sugiere que el sitio tiene un historial moderado de sal y un mayor riesgo de verse afectado por el aumento del nivel del mar.